Es esta una oportuna pregunta, toda vez que existen muchos cristianos que no saben como vivir la cincuentena pascual y piensan que es un tiempo litúrgico donde no hay unas vivencias y celebraciones propias de estas fechas.
Después de la intensidad de la Cuaresma con tantas y tan variadas formas de expresión de la fe (ejercicios espirituales, charlas, cursillos, celebraciones penitenciales, vía crucis, etc.) parece que llegados a la Pascua ya no hay nada que hacer. Realmente eso es todo lo contrario a lo que significa y supone la Pascua, que es un tiempo lleno de celebraciones litúrgicas y de ejercicios piadosos. Veámoslo a continuación:
SACRAMENTOS PASCUALES
Algo que se debe valorar y resaltar oportunamente es la celebración en la cincuentena de los sacramentos pascuales por excelencia, es decir, los llamados sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía). Es en Pascua precisamente donde estos sacramentos tienen su lógico acomodo. El Bautismo que es la incorporación al Misterio Pascual de Cristo donde el bautizado recibe la gracia que le hace miembro del Cuerpo Místico de Cristo, renaciendo a una nueva vida. La Confirmación, sacramento del Espíritu Santo donde se recibe la luz y la fuerza para ser testigos de la Resurrección de Señor. La Eucaristía, que fortalece nuestra vivencia cristiana, alimento pascual, plenitud de la vida. No olvidemos que éste es el tiempo propicio para las Primeras Comuniones. Y al lado de estos sacramentos de la iniciación cristiana, también hay que destacar los sacramentos de «sanación», la Penitencia, Sacramento de la alegría pascual (¿quién ha dicho que el Sacramento de la Reconciliación sólo es Sacramento cuaresmal?). Es el Sacramento del encuentro con el Resucitado que perdona y da vida. Y la Unción de los enfermos, propia de la Pascua del Señor que viene a confortarnos en la enfermedad. Celebrar el Sacramento de la Unción en Pascua es costumbre que se extendiendo en muchas comunidades.
EJERCICIOS PIADOSOS
También en la cincuentena pascual tiene cabida ejercicios piadosos que fomentan la devoción de los fieles. Citemos algunos: Durante el tiempo pascual tiene lugar la bendición anual de las familias visitadas en sus casas, costumbre muy arraigada y recomendada. El vía lucis, ejercicio de piedad consistente en recorrer las diversas apariciones de Jesús Resucitado, desde la Resurrección a la Ascensión. La novena de Pentecostés, la primera y principal de las novenas. Así como los Apóstoles permanecieron unidos en la plegaria junto con María, la madre de Jesús en la espera del Espíritu Santo, es muy recomendable que entre la Ascensión y Pentecostés la comunidad cristiana se preparé a la efusión del Espíritu, celebración que concluye todo el Tiempo Pascual.
Vivamos, pues, la PASCUA con la alegría de la Resurrección, identificados con el Misterio de Cristo Resucitado.
José María Fuciños
Delegado Diocesano de Liturgia
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